La curva donde encuentro tu mirada, atenta,
ávida y llorosa, pendiente de cada destello, de cada movimiento de pestaña, de
la dilatación profunda del iris, de la distancia blanca a rallas rojas. Yo. La
curva donde encuentro tu mirada, fijada en el destino de la mía, así desde el
costado indirecta, descolocada, mirándome las penas sin mirarme. Y vos. La
curva donde encuentro tu mirada, el desencuentro afín al descontento, el punto
ciego exacto de mis lágrimas, los llantos que no ves en mi memoria.
jueves, 7 de noviembre de 2013
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