martes, 14 de julio de 2009

Anoche soñé con vos

Te encontré barriendo el techo de este edificio que me recubre. Tenías el cabello más largo y tu piel relataba varias caricias del sol. Tenías los mismos lentes que ante mi ausencia sobrevivieron, y entre las manos cargabas huecos de abrazos y costras de viejos besos pendientes que no dejabas caducar. Yo me acerqué despacito, aunque bien quería correrme la vida, y te llamé suavemente como quien se traga un suspiro. Me miraste con nostalgia, con garúa de ojos y con sonrisas, y yo te miré con rabia, exhausta, ansiosa y desesperada. Tus abrazos ahuecados buscaron como un imán mis costados y de pronto nos fundimos en beso, latido, cuerpo y mano. Mis dedos buscaron tu barba, bebieron caricias hasta saciarse. Pasaron todos los tiempos, todas las gentes, todos los llantos. Con labios en la mirada me pediste que me quedara, yo con una gran sonrisa contesté que hoy me quedaba.

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