miércoles, 4 de enero de 2012

nosotros, tus gentes


Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, 
y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. 
Algunos fuegos, fuegos bobos,  no alumbran ni queman; 
pero otros arden la vida con tantas ganas 
que no se puede mirarlos sin parpadear, 
y quien se acerca, se enciende.
Galeano



creo que fuiste tejiéndolo todo. yo no me daba cuenta, estaba distraída con tu piel. fuiste tendiendo las líneas, enhebrando redes de cables transparentes, hechos de puro suspiro y de calor, calorcito tuyo que le robabas al sol. pirotécnica honoris causa, te encantaba encenderlo todo. encendías las hierbas (nuestras y ajenas), encendías los versos, los poemas rotos, el silencio, la angustia, alguna que otra flor, inflamables sustancias, mar de fueguitos, all you need is love, incendiaste las cortinas oscuras, las puertas añejas de armarios vacíos, el océano Atlántico y sus distancias marítimas, el futuro próximo y los planes lejanos, lo volaste todo, lo volabas todo, pieles que ardían bajo el peso de tus carnes, licuefacciones varias, casi siempre profanas, órganos internos convertidos en carbón, la saliva lava, los gemidos humo, fogata incontrolable asando el corazón.
te gustaba encenderlo todo, encendernos todo, y así fue.  dejaste tendidas las líneas, los cables que conectan esta sustancia altamente inflamable que escondiste, secreta y silenciosa, siempre ganando con ternura las batallas, en el lugar preciso de nuestros corazones que solo conocés vos. y nos dejaste así, extraños temerosos, sujetos y atados,  desconocidos con los días contados, en cuenta regresiva con sonrisa que avanza en sincrónico ritmo hacia tu calor. tejiste nuestros círculos concéntricos, cual mandala desordenada y turbia, tus átomos remojándonos los dedos, las manos secas y cansadas, bañándonos los ojos y las sienes, combustión ungida y embarrada, los cuerpos todos, el cuerpo entero, sediento, confuso y conmovido, extiende los brazos sin miedo frente a otro cuerpo desconocido al que también está quemándosele el corazón.

te gustaba encenderlo todo, encendernos todo. dejaste encendidos los abrazos, la vida, pues, el calor.

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