viernes, 4 de mayo de 2012

mai


Casi todas las flores se han caído, pero quedan algunas. Los rastros, el brillo desteñido de una primavera falsa, tibia, imaginada, el contorno exiguo, las manchas en los años, la sonrisa seca, simple, sincera, el tenue resplandor de antiguos goces. Las hojas, ahora frescas y verdes y locuaces, las hojas monumento de la cotidianidad. Todo pasa aunque jamás nos pase. Todo pasa.

Las flores, resistencia absurda de adoquines trasnochados, las flores, banderas de ausencia. Casi todas se han caído en mayo. Pero algunas quedan.

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