miércoles, 15 de abril de 2009

au-delà

Camino y mis pasos suenan percursionando tus lágrimas. Mi sombra acompaña tu cuerpo que se arrastra dejando huellas de carne entre los rodapiés y el suelo. Yo sólo camino en silencio, y aguanto mis respiros para no explotarme en llanto. En silencio retumban tus blasfemias, la declaración de guerra contra la eternidad inmensa. Y yo apenas me paro a tu lado. No intento levantarte. Comprendo que caerse es parte de este vivir que ensayamos. Sólo te sigo, camino sobre el rastro de tus gritos y espero con dolor entre los párpados tu beso. Encojo los hombros, como buscando esquivar las espinas filosas que sin querer sudan tus huesos. El mundo, ese camino que abandonaste con deliberación insolente, palpita, gruñe objetando tus renuncias. Yo apenas me paro a tu lado. Me guardo los llantos. Te muestro mi sombra.

1 comentario:

Daniel Fernández dijo...

Talvez por eso sos un au-delà en medio de la MIERDA. Espero que mi mierdidad no nos arrastre, y sigas estando en ese lugar fuera de la MIERDA.