jueves, 9 de febrero de 2012

beso en el malecón


28.1.12
La Habana

Yo quería abrazar La Habana, pero se me fue arriba. Yo andaba perdida y descuidada. Me robó un beso, puso sobre mis labios los suyos y sopló fuerte, inflándome de vida el torso. Yo no le di nada a cambio, me tomó desprevenida. Me sobresalté cuando caí en cuenta y busqué en mis bolsillos sin éxito algo qué regalarle. No tenía caso ni era ya necesario. Resulta que sin percatarme, yo distraída y en aquel disparate, habíame hurtado junto al beso un  trozo de mi corazón aún sangrante.

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