5.2.12
La Habana
La noche me hablaba de Andrea por el malecón. Triste y a veces lindo recordar, y luego triste. Una herida que no cerrará nunca. La extraño y aún duele… quizás algún día pueda extrañarla sin llorar.
El mar me llamaba mucho y yo le cantaba en silencio. Basta de llamarme así.
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