jueves, 9 de febrero de 2012

lluvia en La Habana


29.1.12
La Habana

Mi habitación en La Habana no tiene ventanas. Amanecí sonriente, pero mientras me bañaba fue llenándome una tristeza conocida, la suya, la de siempre, la de su ausencia rotunda. Leí entonces tres poemas al azar, tomados del libro hermoso que compré ayer. De otro modo, de Emilio Ballagaz; La tarde pidiendo amor, de Guillén; El Otro, de Roberto Fernández Retamar. Quise llorar, pero me aguanté. Salí y por la ventana miré la mañana gris. Lloviznaba en La Habana, como si llorara por mí.

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