sábado, 3 de mayo de 2008

Marisol sin Violeta

* Como lo dijo una vez Galeano : "quizá nosotros somos las palabras que cuentan lo que somos."

Dicen los nuevos amigos que Marisol siempre ha estado con Violeta. Dicen también que ambas están hechas de imagen y de idea, y que viven en la mente y en la boca, y viajan en carros vacíos desde Naranjo, y acuden a reuniones, y pasean por los zaguanes. Dicen que son compañeras inseparables, como si las uniera un lazo de imagen-relación que naturalmente tampoco pasa de idea, ni de mente, ni de boca.

Lo extraño es que hoy descubro que he perdido a Violeta, y de pronto me encuentro ausente de recuerdos que me aferren a ella. No sé cuál fue el color de sus ojos, el olor de su piel, las formas de sus huesos, el sabor de su sonrisa. No logro recordarla y pienso que nunca existió. Alguien la creó por mí, para mí, pero nunca me la presentó.

Entonces me levanto otra vez sin Violeta. Y pienso que talvez murió hace ya varios años, en la boca de algún niño, o quizás de alguna niña, que comía una pastilla en un calle caliente del sur de la capital, algunos minutos antes del atardecer.

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